PARA CHOCAR LAS COPAS SIN CULPAS
VIVA Magazine (CLARIN) | December 09, 2007 Sigue leyendo
No hay con qué darle: nada como un buen brindis para alegrar las Fiestas. Para que lo hagan sin culpa, sepan que un trago por día hasta sería beneficioso para la salud.
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No hay con qué darle: nada como un buen brindis para alegrar las Fiestas. Para que lo hagan sin culpa, sepan que un trago por día hasta sería beneficioso para la salud.
Se aproxima fin de año. No se engañen, no se resistan, no se repriman: van a beber un montón más de lo que están acostumbrados a beber, y eso va a ser bien divertido. A mí me gusta la sidra, por ejemplo. También me gusta el vino, aunque puedo tomar poquito porque me da mucha sed. Dicen que el champán es la mejor bebida para celebrar, pero la cerveza también es rica. A mí me gusta la morena, que es más amarguita. En Inglaterra se toma a temperatura ambiente, que a nuestro paladar sabe a sacrilegio, pero los ingleses dicen que la cerveza bien helada es una manía de los norteamericanos. Y no era helada como se tomaba la cerveza originalmente en los países en donde ésa, y no otra, era la bebida noble. El fernet preparado me encanta, y el whisky, bueno, es la bebida de los conocedores, pero yo nunca lo entendí. ¿Les conté acerca de los efectos positivos de beber alcohol? ¿Positivos? Sí, exactamente, ¿o por qué piensan que el brindis tradicional siempre fue: «¡A tu salud!»?
Durante un viaje por la Toscana, en Italia, conocí a un anciano de 103 años. Le pregunté cuál era su fórmula y me contestó: «Una copa de vino con cada comida». El profesor Eric Rimm, de Harvard, experto en epidemiología y nutrición, dice que la gente más saludable es la que incluye «un trago» en sus consumos diarios. Según Rimm, la cuota es una bebida por día y menos de siete por semana, una cantidad que puede ayudar a subir el HDL o colesterol «bueno». ElBrigham and Women’s Hospital de Boston indica que un trago también puede reducir la posibilidad de un ataque cardíaco porque el alcohol hace que las plaquetas sean menos «pegajosas» y eso dificulta el desarrollo de coágulos.
Tomar un poco de alcohol puede ayudar al páncreas también. Leí que un trago por día puede ayudar a regular los niveles de insulina (y por lo tanto del nivel de azúcar en sangre), reduciendo así el riesgo de diabetes tipo 2. Según el Journal of Obesity de los Estados Unidos, consumir algo de alcohol podría llegar a aumentar la sensibilidad de las células a la insulina, y esto, a su vez, les permite quemar glucosa más rápido y reducir los niveles de azúcar en sangre. Y para quienes sufren de artritis reumatoidea, parece que hasta dos o tres tragos por semana pueden ser beneficiosos, según sugiere un estudio realizado por el Congreso Europeo de Reumatolo-gía en Barcelona. Los científicos que estudiaron el tema dicen que el alcohol puede actuar sobre la inflamación y suprimir la respuesta inmune del organismo, asociada al dolor provocado por la artritis reumatoidea.
Otro estudio realizado por la Universidad de Miami dice que las mujeres que toman algo de alcohol son más sanas. Obviamente, beber algo de alcohol está asociado a la vida social y a hacer más amistades, algo que a su vez ayuda a bajar el estrés. Antes de que me acusen de fomentar el alcoholismo, quiero decir que todo esto se refiere a tomar «un trago», no a tomarse todo. ¿Y cuánto es un trago? En el caso de la cerveza, estamos hablando de 340 cm3 aproximadamente; para el vino, 142 cm3 ya se considera un trago; para el whisky, el gin o el vodka, les aviso que 34 cm3 ya constituyen un trago. ¿Hay algún tipo de bebida que sea más sana que otra? No, todas las bebidas contienen etanol, una sustancia que contribuye a nuestra salud. Así que: ¡Salud!, ¡ A la Votre!, ¡ Cheers!, ¡Leheim! Felices Fiestas, queridos lectores.
NO PAREN, SIGAN SIGAN, NO PAREN
VIVA Magazine (CLARIN) | December 09, 2007 Sigue leyendo
Todo el mundo quiere algún ejercicio mágico para quemar calorías en poco tiempo. Pero, la verdad, lo único que funciona a largo plazo es elegir cualquier actividad física y no abandonarla.
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VIVA Magazine (CLARIN) | December 09, 2007 Sigue leyendo
Todo el mundo quiere algún ejercicio mágico para quemar calorías en poco tiempo. Pero, la verdad, lo único que funciona a largo plazo es elegir cualquier actividad física y no abandonarla.
La primera pregunta que me hacen es: «¿Támara, cuál es el ejercicio que quema más calorías?». Cada vez que escucho esto me da pánico porque yo sé lo que está detrás de esa pregunta. Por lo general lo que tienen en mente es: «Quiero hacer algo rápido para quemar muchas calorías ¡y chau!». Y ya sé lo que hacen después: abandonan. Déjenme que les cuente qué pasa cada vez que se matan en el gimnasio unos meses y después abandonan. Pasa que no les sirve. No sirve nada de nada, ni un poquito. La gimnasia es para hacer en forma continua, no para empezar y parar, volver a empezar y volver a parar. Por supuesto que si paran por unos días no pasa nada, pero si siguen sin retomar un par de semanas, todo lo conseguido hasta ese momento empieza a desvanecerse. Esto es verdad no sólo para el entrenamiento aeróbico sino para cualquier tipo de gimnasia. Los beneficios duran entre dos semanas y tres meses, como mucho. Después, hay que empezar todo de nuevo. Yo lo lamento mucho, pero es así y no hay tu tía.
Tengo buenas noticias, sin embargo. Si ustedes comenzaron una actividad aeróbica, digamos, y ya hace cinco meses que van al gimnasio cuatro veces por semana para caminar en la cinta durante media hora cada vez y, de repente, por alguna razón, una gripe o algo, deben dejar de ir y no pueden volver a retomar con el mismo ritmo de antes, no desesperen ni piensen que todo se acabó, porque. .. ¡no se acabó! Lo que tienen que hacer en estos casos no es abandonar sino reducir un poco. Las reducciones pueden durar hasta que vuelvan a entrar en la onda otra vez. ¿Cuánto pueden durar? Bastante. Pueden durar tranquilamente hasta doce semanas y todo bien, no se tiró todo el esfuerzo por la ventana.
¿Quieren que les diga cómo sería la reducción? Sería así: en vez de caminar en la cinta cuatro veces por semana durante media hora, háganlo la misma cantidad de días pero sólo durante 15 minutos. Si no pueden ir más de dos veces por semana, todo bien también. La única condición es que el trabajo que hagan sea el mismo que el anterior. O sea, no bajen la velocidad que habían adquirido. Si el esfuerzo sigue igual, cuando les agarre la onda otra vez y decidan volver al gimnasio cuatro veces por semana como lo hacían antes, se van a dar cuenta de que no se perdió nada. Todo sigue igual que antes, o quizás, bueno, se perdió un poquito, pero sólo un poquito.
Ahora, volvamos a la pregunta inicial (si lo que quieren es adelgazar y no tienen mucho tiempo). ¿Cuál es el ejercicio que quema más calorías? Miren, todas las máquinas cardio, sean para caminar, correr, hacer step, elípticos, climbers y otras que encuentran en los gimnasios, dicen en sus publicidades de venta: » ¡ Con esta máquina usted logrará quemar 1.000 calorías por hora!». ¿Es verdad? Sí, es verdad, si y sólo si: a) rompen la máquina o le hacen saltar todas las tuercas; b) rompen sus rodillas y les saltan a ustedes todas las tuercas; c) aguantan exactamente 30 segundos a ese ritmo; d) tienen una ambulancia y un paramédico cerca.
Les propongo una cosa: elijan una actividad física que puedan sostener al mismo ritmo durante 15 minutos y van a terminar quemando más calorías. O sea, correr a toda velocidad quema más calorías que una actividad más tranqui, pero si correr a toda velocidad significa que se lastimen las rodillas o que no aguanten más de un minuto y medio, ¿de qué les sirve?
SEGÚN EL COLOR CON QUE SE MIRE
VIVA Magazine (CLARIN) | November 11, 2007 Sigue leyendo
¿Qué es el té rojo? Una infusión de origen africano a la que se le adjudica poder rejuvenecedor. Lo cierto es que su sabor es agradable y ayuda a quitar el hambre. Razón suficiente para probarlo, ¿no?
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¿Qué es el té rojo? Una infusión de origen africano a la que se le adjudica poder rejuvenecedor. Lo cierto es que su sabor es agradable y ayuda a quitar el hambre. Razón suficiente para probarlo, ¿no?
Les quiero contar de un viaje a Africa y del “Roobois”, que se pronuncia “Rubos” o “Te Rojo”. La primera vez que se escuchó del té rojo fue en el año 1772 cuando el botánico, Carl Thunberg lo reportó en un trabajo científico.
Hay quien dice que el té rojo tiene poderes rejuvenecedores por su alto contenido de anti-oxidantes, y hay quien dice que adelgaza. Hay quien dice que es originario de la India, y hay quien dice que es de origen Chino. El hecho es que esta planta no es de China ni es de India, y tampoco es roja. Así las cosas, yo, que estaba bastante confundida también, me puse a estudiar un poco. Me enteré que el “Rooibos” es una planta que pertenece a la familia de las “Aspalatus” y que se encuentra en unas montañas de Sud Africa que se llaman “Cederberg” y que no son muy conocidas porque nada pasa allí que sea de especial interés. Nada, excepto que allí crece esta planta, que no es roja sino verde, como la mayoría de las plantas, y que se vuelve roja bajo tratamiento especial que otro día les cuento.
De las hojas de la planta Rooibos se hace una bebida, infusión o tisana, que es bastante rica, medio dulzona, con un dejo de sabor a nuez. Me enteré que el té rojo, es un nombre que está en disputa judicial por derechos marcarios, porque un país dice que es un genérico y otro dice que es una marca registrada. En Sudáfrica el té rojo se bebe con leche y azúcar, pero en Europa y en los Estados Unidos se bebe sin azúcar y sin leche.
A mi me lo dió a probar un matrimonio amigo. Me lo trajeron calentito para que lo pruebe y me aseguraron que sus cualidades son casi milagrosas. “¿Milagrosas?”, les pregunté, porque yo siempre desconfío de estas modas que así como empiezan acaban. “Bueno, milagrosa, milagrosa, lo que se dice propiamente milagrosa, no es”, me contestaron, y en ese momento me sentí más aliviada. La verdad es que cuando lo probé no me pareció nada del otro mundo, pero noté que el color es realmente rojo y el gustito es bastante rico y que tiene un dejo de sabor a nuez que es suave y agradable. Parece que este té se distingue de otros tés en que tiene un alto nivel de anti-oxidantes como, por ejemplo, el “superóxido dismutasa” (SOD), y ya sabemos que los antioxidantes son muy buenos para prolongar la juventud. La segunda cosa que lo diferencia a este té es que, dicen, no tiene cafeína. Esto es raro porque todos los tés tienen cafeína, o teteína, pero, bueno, parece que el té rojo no la tiene. En tercer lugar, el té rojo tiene muy poca “tanina” y esto también es bueno porque la tanina puede afectar al metabolismo y hacer que el cuerpo no absorba ciertos nutrientes esenciales, como el hierro y la proteína.
Hasta aqui las tres cosas que diferencian al té rojo de otros tés. Ahora les cuento que es lo que me gusta de este té exótico y que resultados me dió a mi. Me gusta porque el sabor es agradable y porque, aún caliente, tiene un efecto refrescante. Me gusta, también, porque cuando lo bebo siento que me quita el apetito. No se si será mi impresión o qué, pero lo cierto es que cuando tomo este té no me dan tantas ganas de “acompañarlo con algo”, que es lo que pasa generalmente cuando uno se sienta “a tomar algo”, como por ejemplo un cafecito, o un té común. Esas son las dos cosas que me gustan del té rojo. No se si saldría a la calle a proclamar sus virtudes, pero a mi me gusta. En todo caso pruébenlo y después me cuentan.
LAS DUDAS NUESTRAS DE CADA DÍA
VIVA Magazine (CLARIN) | November 11, 2007 Sigue leyendo
¿Porqué cuesta tanto adelgazar? ¿Es bueno el aceite de oliva? ¿Se puede comer huevo si se tiene colesterol alto? Respuestas claras a las preguntas que nos hacemos todos.
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¿Porqué cuesta tanto adelgazar? ¿Es bueno el aceite de oliva? ¿Se puede comer huevo si se tiene colesterol alto? Respuestas claras a las preguntas que nos hacemos todos.
Y sigo en la cocina de mi casa, tomando una rica taza de café humeante y conversando con el doctor Siguel, prestigioso investigador nacido en Argentina, que se destaca en los Estados Unidos por sus estudios sobre la alimentación sana en general, y las grasas trans en particular. Vamos a aprovecharlo y a preguntarle todo lo que podamos. Mi primera pregunta es: «¿Por qué es tan difícil ser delgado o perder los kilos que despacito vamos agregando con los años?».
«La respuesta está en la evolución del ser humano», me contesta el doctor Siguel, y agrega: «Por millones de años, la comida era escasa. Los animales vivían de la caza y de la pesca. Todos los bichos aprendieron a ser muy eficientes. Los hombres también. Alimentarse era libre para todos, con competencia abierta. Por eso los que vivían más eran los que corrían mejor. Y si no, eran comida para otros. El hombre usaba mucha energía corriendo todo el día». El médico toma un sorbo de café y sigue explicando: «Ahora hay una gran eficiencia en el uso de la energía. Pocas calorías rinden mucho. Sin embargo, el sistema para guardarlas sigue siendo el mismo: la grasa del cuerpo». » ¡ Ahá!», digo, ése es el problema principal. «Exactamente», me dice, «hoy la inmensa mayoría de la gente hace menos de una hora de ejercicio activo por día, mientras que hace diez mil años hacían cinco horas, quizá más».
Cambiando de tema, pregunto: «¿Es cierto que el aceite de oliva es el mejor aceite?». Otra vez, el doctor Siguel sonríe. Seguro que mucha gente le hace la misma pregunta. Me contesta: «Depende del propósito. El escarbadientes es muy bueno para limpiarse los dientes, pero impráctico para soportar un edificio de diez pisos. El aceite de oliva tiene gusto agradable y es estable a altas temperaturas. Pero el aceite de soja crudo es más balanceado porque tiene las grasas esenciales Omega 3 y Omega 6. El aceite de oliva es un buen complemento a la dieta alta en Omega 3 que se come en algunas partes de Europa (mucho pescado y ciertos vegetales), pero no para la Argentina, donde se come mucho cereal y carne». Me alegro de haber aclarado este punto, digo, porque el mito del aceite de oliva es invencible. El doctor Siguel sonríe.
Otra pregunta: «¿Podemos comer colesterol bueno y evitar el malo?». Otra sonrisa. «Hay un solo tipo de colesterol y el cuerpo lo necesita y lo fabrica. No hay que tratar de bajar el colesterol malo y subir el bueno. Eso no es práctico. El secreto es comer grasas buenas, evitar las malas, y comer pocas calorías.» Les cuento que las grasas buenas son las que se encuentran en comidas con células (verduras, carnes, pollo, pescado), mientras que las grasas malas son las que se encuentran en las comidas procesadas (panes, tortas, pastas, galletitas, masas, facturas), que el cuerpo convierte en grasas duras que tapan arterias.
Finalmente, quiero saber si puedo comer huevo o si el huevo es malo. Hay quienes dicen que es buenísimo y quienes juran que es malísimo. Yo no como un huevo frito hace como quince años porque tengo colesterol alto. «Yo considero que el huevo es sano como parte de una dieta balanceada», dice el doctor Siguel, y continúa: «El huevo tiene una gran proporción de grasas buenas. Eso sí, frito o al horno no es tan bueno». Entonces, insisto, ¿puedo volver a comer huevos sin miedo a que me hagan mal para el colesterol? «Adelante, nomás», dice el doctor Siguel, y sonríe otra vez.