EL CLIENTE NUNCA TIENE RAZON
El nombre de la señora Tamara Di Tella, más que un nombre, es una marca a esta altura de la vida sana. Se asocia a varios conceptos que van desde Tangolates o Tango Pilates, Pilates, pasando por el espíritu new age…
…divulgado y consumido desde sus columnas periodísticas, siguiendo con “el éxito femenino” (enorme foto de empresaria cara lavada, ligeramente retocada, camisa blanca y sonrisa de oreja a oreja), hasta llegar al éxito multinacional (la misma empresaria que habla raro o, digamos, con una entonación sospechosamente neutra en sus avisos televisivos, ya que vende en Latinoamérica).
Ese nombre, o mejor dicho esa marca, acaba de escribir un libro que no versa sobre Pilates ni sobre vida sana ni sobre Tangolates. Se trata de un pequeño y divertido manual de marketing donde se dispone a transmitir a todo pequeño empresario los básicos secretos del éxito que ha vivido en carne propia. Uno de los primeros sería, a juzgar por el título y la cantidad de páginas que se le dedica, que el cliente nunca tiene razón. Hay material sobre la importancia y el correcto uso de Internet, sobre la propia visión que debe tener de su propio negocio, sobre la diferencia entre el cliente y el público, etc., etc.
El libro es para todas aquellas personas que deseen ser Tamara Di Tella, esas personas que ella llama su público. Y como tal, el libro es muy divertido y honesto. Tamara comienza trazando un perfil de sí misma donde aporta datos desconocidos y necesarios para la función de este nuevo emprendimiento: aportar un elemento más a su silueta. Si alguien hasta ahora pensó que era una chica con suerte, deberá saber de que estudió para esto, que su marido no la ayudó nunca, que sus hijos tampoco, que le toca lidiar con un montón de tarados, que viaja de aquí para allá dando consejos y conferencias a otros colegas y estudiantes que en general no entienden nada.
Un libro gracioso, de autoayuda y automarketing bastante útil y también para admitir que hoy en día vende muy pero muy bien la imagen de la mujer que usa el apellido de su esposo cuando le conviene, pone un chiste del mismo en la tapa cuando ídem; también puede pasarle la factura en las primeras páginas. Todo suma.