TAMARA DI TELLA PILATES PARA DOS

No para, decididamente, esta mujer no para. Es que, según sus propias palabras, a Tamara Di Tella no hay cosa en el mundo que la haga más feliz que el trabajo.

“Puede sonar raro, pero en mi caso es el trabajo. El trabajo a mí me motiva mucho, me da mucho placer. Pero también me motiva la creación, todo eso me fascina y me hace llenar de endorfinas». Hoy, en lugar de recostarse en el éxito que le significó instalar entre los argentinos el sistema Pilates, decidió ir por más. Así nació Pilates para dos, una apuesta nacional con una importante proyección a nivel internacional. En la intimidad de su hogar, entre sus cosas más amadas, nos contó de qué se trata.

-Tamara, por lo que se ve, tu vida siempre es apostar a algo más, ¿lo hacés por insaciable, por inconformista, o sencillamente porque te gusta correr los límites ?
-Lo hago, sencillamente, porque es el rol del empresario y porque no me queda otra. El empresario, que no es lo mismo que el comerciante, siempre tiene que estar inventando cosas nuevas. Especialmente yo, que estoy siempre en la vanguardia de las cosas. Es que la definición de un buen empresario es inventarse cosas nuevas.
-Cuando todos pensaban que con Pilates tenían todo resuelto para mantener en forma el cuerpo, vos aparecés con algo nuevo.
-Es que ahora viene lo más nuevo, que es el Pilates para dos o Partner Pilates, por lo menos se va a llamar así en la Argentina, porque en el resto del mundo se va a llamar de otra manera, algo que por ahora no te puedo revelar. Lo que te estoy contando es una apuesta muy fuerte de mi lado, siento que estoy apostando muy, pero muy fuerte. Lo llevo a Europa ya los Estados Unidos, y siento que es algo que viene con mucha fuerza. El sistema del que te estoy hablando viene con más de mil movimientos, son rutinas completamente nuevas. Y te puedo asegurar que deja todo lo otro atrás. Porque además es mejor, lo supera.
-¿Cómo es eso?
-¿Sabés lo que pasa?, es que nada se inventa para siempre, nada es pa­ra siempre. Y de última, nadie inventa nada, hoy por hoy, a lo sumo ini­ciamos tendencias. Nada más, y pretendemos que los que vengan detrás nuestro las superen. Y esa es la ley de la vida y así se escribe la historia y así avanza la humanidad. Entonces, pretender que yo ya hice lo último con Pilates y que Tamara Di Tella se quede sólo con eso, es querer pretender que yo ya me morí. Noooo, yo me sigo superando, y ojalá que los discípulos que vengan detrás de mí me superen. Por ahora sigo peleándo­la, pero algún día otras personas traerán cosas mejores.
-¿Con quiénes probás estos nuevos productos?
-Primero, lo pruebo con mi escuela de capacitación, donde hay más de 200 instructores. En segundo lugar, lo pruebo con los mismos clientes. El cliente es el mejor tester que un empresario puede tener, y últimamente lo estoy probando con pacientes. Porque quiero además quedarme tranquila en cuanto a que no te puede hacer daño, que no tiene riesgos. Co­mo tengo una sala donada a un hospital, con los pacientes que vienen ahí probamos las nuevas rutinas. Y si les hace bien a ellos, entonces es apto para todo público.
-¿Por qué pensado para dos?
-Porque hacer las cosas de a dos resulta mucho mejor.
-¿Sentís que a la gente le está costando mucho integrarse, que hay muchos solos y solas?
-Eso por un lado, pero además porque me di cuenta de que de a dos se trabaja mejor. Hay más coordinación, más concentración, más elongación y, además, está el tema de las endorfinas.
-A ver, detengámonos un poco en esto último.
-Sencillo, cuando vos estás trabajando con otra persona con la que te divertís y la pasás mejor, trabajás más fuerte. El motivo es porque comenzás a segregar endorfinas. Estás feliz, estás contenta y sin darte cuenta seguís trabajando más. Con esto te quiero decir que las endorfinas consiguen que las personas hagan más esfuerzo y no sufran. Y ¿sabés por qué? Porque la están pasando bomba.
-Pero además de la felicidad que vos marcás, el hacer algo de a dos hace que no te puedas tirar a chanta, si no podés perjudicar al otro.
-Claro, claro, es así. Mirá, hay una clienta que me dijo: Además de todo lo bueno que tiene este sistema, lo que más me gusta de los ejercicios de que está la otra persona, entonces lo que no se debe perder es la lealtad para con el otro.
-Recién hablaste de las endorfinas, ¿qué cosas te hacen a vos generar más endorfinas, es decir que te hacen feliz?
-Puede sonar raro, pero en mi caso, es el trabajo. El trabajo a mí me motiva mucho, me da mucho placer. Pero también me motiva la creación, todo eso me fascina y me hace llenar de endorfinas. Pero, por lo general en el resto de la gente no es así, no es el trabajo. A la gente lo que la motiva es hacer el amor, escuchar música, bailar, eso genera muchas endorfinas, también el contacto con los animalitos y, por sobre todo, el contacto con los chicos. Y cuando tenés alto el nivel de endorfinas, no te para nadie. Pero ojo, porque el opuesto a las endorfinas son las catecolaminas, que es la hormona de la bronca.
Cuál de las dos hormonas tenemos más los argentinos?
-Nooooo, el argentino en general tiene muchísimo más catecolamina que cualquier otro ciudadano del mundo. Somos muy melancólicos, muy pesimistas, muy negativos. Vos en los Estados Unidos le decís a alguien que tenés una nueva cosa para probar en el mercado y la respuesta inmediata es: «iQué bueno! ¿De qué se trata?». En cambio, si se lo contás a un argentino, la respuesta es: «Noooo, mejor no, por qué, por qué te vas a meter en ese lío si estabas bien así». Lo que más se nota es la resistencia a lo nuevo, al cambio. Pero qué le vamos a hacer, es parte de nuestra personalidad.

-Con esto que decís, cuesta verte como una empresaria argentina.
-Es que en realidad yo no soy muy argentina, yo nací y viví durante 17 años en la Argentina, pero luego me fui a una cultura anglosajona, como la inglesa y la norteamericana, de donde no regresé hasta los 30 años. Quiere decir que mis años formativos los pasé fuera de la Argentina, tal vez por eso pienso diferente.
-¿Por qué la gente que se acerca a probar el nuevo producto?
-El que se acerca lo hace por Tamara Di Tella, vienen clarísimo a Tamara Di Tella. Porque me creen, por una extraña razón he logrado tenerlos engañados (risas) durante muchos años, y me creen. Ves, volviendo un poco a lo de antes, esto que te acabo de contar un empresario argentino no te lo diría ni loco. Pero además, yo estoy casada con un tipo que no es argentino. Torcuato no piensa como un argentino, no habla como un argentino, no actúa como un argentino.
-Bueno, por algo se encontraron en la vida.
-Si, en realidad somos los dos así.
-¿Cuándo nació en vos esta necesidad de preocuparte por el cuerpo del otro?
-No sé si me importa el cuerpo del otro, para serte honesta, yo soy una empresaria.
-Está bien, pero esa empresaria que sos podría fabricar bombachas y no pensar en el cuidado del cuerpo.
-Tenés razón, y si fuera así, estaría pensando qué nueva bombacha inventar para instalar en el mercado. A mí lo que realmente me importa es el desafío de inventar un producto nuevo e imponerlo. Así como el dueño de una reconocida heladería en su momento lanzó el helado de chocolate con pasas al rhum, ia quién se le ocurre ponerle alcohol a un producto que es para niños! Bueno, él lo hizo y hoy es un éxito. Esas son las cosas que me gustan… Yo no puedo dejar de inventar cosas, porque no me lo permite el mercado y porque hacerla es parte de mi personalidad.
-Tamara, ¿en cuántos países ya impusiste tu producto?
-Desde ya en la Argentina, pero también estamos en Paraguay, Colombia, Ecuador, Guatemala, Perú y México, pero me quiero ir a Nueva York.
-¿A vivir?
-Noooooo, a poner el Tamara Di Tella Pilates para dos en Nueva York. No vaya parar hasta plantar la bandera argentina en el corazón de Manhattan.
-¿Frente a este nuevo desafío qué te dijeron en casa?
-En mi casa me apoyan mucho. Torcuato es un gran apoyo, se puede ocupar, no tiene mucho tiempo pero es un grar apoyo. Está re orgulloso con todo lo que me pasa. Al principio no me tomaba muy en serio, hasta que un día viajó a México y cuando fue a retirar la maleta en el aeropuerto, se encontró con un cartel gigante que decía Tamara Di Tella Pilates. Se sacó una foto y me llamó inmediatamente para decírmelo.
-iESO es amor!
-Siii, eso es verdadero amor.
-¿V vos qué hiciste por él en todos estos años?
-¿Qué hice? Me volví a vivir a la Argentina.
-i Eso también es amor!
-Sin ninguna duda.